Muchos historiadores afirman que las abejas existen desde hace más de 10.000 años en la Tierra.
Es gracias a estos insectos que se puede disfrutar de la miel.
La miel se obtiene de las abejas después de que estas hayan realizado la polinización de las flores, extraído su néctar, que llevan a la colmena, donde es guardado en panales.
El faraón Tutankamón ya la utilizaba, pues se encontraron restos de miel al descubrir su tumba.
Antes del descubrimiento del azúcar de caña, era el endulzante más utilizado de forma habitual y posee gran poder de endulzar, mucho mayor que éste.
Existen muchas variedades de miel, dependiendo de las flores a las que las abejas hayan extraído su néctar. De roble, milflores, de romero, de acacia, etc.
Si se añade a líquidos excesivamente calientes pierde gran parte de sus propiedades y este calor excesivo produce que pueda llegar a fermentar y producir efectos no beneficiosos par el organismo.
Si de forma natural la miel se cristaliza, es una característica que denota su pureza.
No es recomendable su consumo en niños menores de 5 años, por las toxinas que posee, que pueden llevar a que se desencadena botulismo. Debido a que el tracto digestivo del niño todavía es inmaduro.
Contiene agua, vitaminas, minerales y oligoelementos, a parte de un alto contenido en azúcares por lo que no es recomendable su consumo en personas con obesidad, diabetes. Su índice glúcemico es muy elevado.
Algunas de las propiedades terapéuticas de la miel son:
- Cicatrizante, remineralizante, ayuda en trastornos del sistema digestivo, etc.
Gracias por leerme.