Existen de dos tipos, los que poseen una cáscara dura como las nueces, los pistachos, las almendras, etc; y los que son frutas desecadas como los dátiles, los orejones de albaricoque, las ciruelas.
Son apetecibles, fáciles de consumir y un alimento saciante por excelencia, debido a su contenido en fibra.
Las frutas secas o desecadas, las podemos considerar una "golosina sana". También se utilizan para endulzar la preparación de muchos postres, de mueslis, de cremas, etc; pues tienen un alto poder de dulzor y son mucho más saludables que cualquier tipo de edulcorante, sobretodo si se comparan con los edulcorantes químicos.
Los frutos secos son la base de muchos postres tradicionales como el músico, los turrones, etc.
Los frutos secos como ya he comentado contiene grasas poliinsaturadas, de buena calidad, excepto el cacahuete que posee un alto contenido en grasa saturadas, por lo que su consumo de forma habitual no es nada recomendable.
Yo os recomiendo que apostéis por el resto de frutos secos y el cacahuete lo toméis de forma esporádica.
Se sabe que si consumimos de forma habitual una pequeña ración de 5-20 gramos diarios de frutos secos ayuda a la reducción del colesterol total y aumenta el nivel de lipoproteínas protectoras del HDL o "colesterol bueno".
Tener en cuente que para que los frutos secos tengan todos sus nutriente y las propiedades medicinales comentadas anteriormente, deben consumirse crudos y no tostados ni salados.
Almendras crudas |
No es recomendable que los niños menores de 3 o 4 años lo consuman, ya que pueden producir alergias. Mucho mejor introducirlos en su dieta a partir de los 5 años en adelante.
En estos momentos es la época más óptima de consumir muchos de ellos, pues es su momento de recolección.
¡Os animo a introducirlos en vuestra dieta, si es que no lo hacéis todavía!
Gracias por leerme ...
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