¿Qué es la retención de líquidos?
La retención de líquidos es un aumento en el volumen del líquido intersticial, es decir, un acúmulo excesivo de líquido en los tejidos del organismo.
Has de saber que no es una enfermedad, si no que se trata de un síntoma.
¿Cuál es su incidencia?
La retención de líquidos tiene mayor incidencia en mujeres, y especialmente en el verano, ya que el calor produce vasodilatación general y periférica favoreciendo dicha retención.
A partir de los 50 años la incidencia aumenta, pero no se produce distinción entre género.
Causas de la retención de líquidos
Las causas pueden ser múltiples. Desde problemas circulatorios, insuficiencia cardíaca, enfermedades renales o hepáticas, alteraciones hormonales (en el caso de mujeres), alergias, quemaduras, isquemia e incluso medicación como los antihipertensivos, el ibuprofeno, la cortisona, la píldora anticonceptiva, el ácido acetilsalicílico o ciertos quimioterápicos.
Se puede producir por una alimentación en la que se abusa en exceso de la sal, tanto de mesa, como la que puede entrar a través de productos enlatados, precocinados, ultraprocesados.
Otra de las causas y que es menos conocida, por no consumir las proteínas necesarias, produciéndose edema de las extremidades inferiores e incluso del abdomen, en casos extremos.
El sendentarismo es una causa muy muy importante que también influye.
Manifestación de la retención de líquidos
Si se presenta retención de líquidos surgen síntomas como el aumento del peso, edema en rodillas y piernas (es decir hinchazón), aumento del perímetro abdominal y fóvea (se trata de que cuando aprietas la piel con el dedo, se forma una depresión o hundimiento de la misma que se mantiene durante unos segundos o minutos).
Se produce con mayor frecuencia en piernas y pies, ya que la parte inferior del cuerpo es más propensa a retener líquidos. La piel que cubre las zonas que sufren la retención, suele estar mucho más estirada y presentar un color más brillante.
Otros síntomas que se pueden manifestar son la disminución de la flexibilidad y de la movilidad de las articulaciones.
Debido a la retención se produce una disminución de la diuresi.
¿Qué puedes hacer de forma natural?
Ante esta problemática existen muchas estrategias que están al alcance de tu mano y puedes llevarlas acabo, tanto a nivel de realizar un cambio en tus hábitos de vida como en la forma en que te alimentas.
Hábitos de vida
- Elevar las piernas para ayudar al retorno venoso.
- No estar largos períodos de tiempo sentada o de pie.
- Ejercicio físico de forma regular, para superar el sedentarismo y activar la circulación.
- Drenaje linfático, presoterapia y mesoterapia, todas ellas terapias manuales para eliminar el acúmulo de líquidos.
- Evitar el sobrepeso y también la obesidad.
- Seguir tratamiento con esencias florales (Mugwort, Chicory), fitoterapia (Cola de Caballo, Castaño de Indias, Zarzaparrilla), con biosales. Siempre bajo la recomendación de un especialista.
Medidas dietéticas
Una de las primeras cosas que debes conocer es lo que recomienda la OMS, no superar los 5 gramos de sal al día, provenga tanto de alimentos como externamente.
- No añadir sal extra a los platos.
- Infusiones diuréticas com la cola de caballo, el perejil, la centella asiática, el castaño de indias, el ginkgo biloba, el té verde, hinojo, flor de Jamaica, arándano.
- Alimentos ricos en magnesio como las almendras, las legumbres, el maíz, las acelgas, el pan integral, los dátiles.
- Alimentos con alto contenido en potasio como el plátano, la chirimoya, el cardo, el mango, la patata hervida, los champiñones, el calabacín, las coles de Bruselas, las espinacas.
- Vegetales con un alto efecto diurético como el apio, los espárragos, el pepino, el calabacín, el puerro, los espárragos, los berros, las berenjenas; y frutas como el melón, la piña, el kiwi, los pomelos.
- No consumir alimentos enlatados, precocinados, y/o ultraprocesados.
- Existen otros alimentos que debes potenciar ya que son beneficiosos para la eliminación de líquidos por contener un mayor porcentaje de agua como el rábano, el nabo, la coliflor, la sandía, las fresas, el melón, la piña, la manzana, la zanahoria, el pepino, el tomate, los plátanos (es por el contenido en potasio).
- Evitar la ingesta de alcohol, cafeína y tabaco.
Recomendación: antes de decidirte por un tratamiento con medicación convencional, yo te recomiendo que pruebes todas las estrategias y tratamientos naturales que estén a tu alcance.
Gracias por leerme ...
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