Está comprobado científicamente, que solo podemos encontrar agua con esta composición en el laboratorio. En la naturaleza está constituida, además, por diversas sales minerales, que le aportan las diversas características organolépticas (de sabor) y terapéuticas que posee cada tipo de agua.
Se sabe que por término medio el organismo contiene alrededor de un 65% de agua.
Por la importancia que tiene para la vida humana, es considerada esencial, hecho que le otorga el carácter de nutriente.
Es un nutriente que, como las vitaminas y minerales, no aporta calorías a nuestra dieta.
El agua alivia la sed, hidrata y también se utiliza para usos medicinales, es la llamada hidroterapia (si se trata de agua dulce) y la talasoterapia (cuando se utiliza agua de mar).
Se puede clasificar en: agua potable de consumo público (la del grifo), las de mesa o minerales naturales (las embotelladas), aguas de manantial, aguas mineromedicinales que son las utilizadas en la hidroterapia.
Si el agua es para consumir, lo más recomendable es elegir aquella que tenga un menor porcentaje de residuo seco, es decir, con menor contenido de sales minerales. pues resulta mucho más beneficiosa para el organismo.
El porcentaje menor de residuo seco le otorga propiedades como ser más diurética, ayudando a eliminar mayor cantidad de líquidos y de toxinas del organismo; se apta para el consumo de los bebés, etc.
Existen muchas aguas en el mercado y yo siempre recomiendo leer la etiqueta para saber si nos conviene o no ese tipo de agua.
Mejor si adquirimos agua embotellada en botella de cristal, pero si es de plástico hemos de tener la precaución de no exponerla a temperaturas extremas (ni de frío ni de calor).
La mejor agua del mercado para mi es Bezoya, por su bajo contenido en sales minerales y es la que consumo de forma habitual.
Consume agua embotellada tanto para beber como para cocinar tu organismo te lo agradecerá.
Gracias por leerme.
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